Retándome a mí misma #100diasreset
Cuando septiembre es el nuevo enero, toca redefinir rutinas y abrazar cambios que realmente importan, ¿te unes?
Si eres más de escuchar que de leer: ¡pulsa PLAY!
No sé si a vosotros os pasa lo mismo, pero para mí, septiembre es el verdadero comienzo del año. Es como mi versión personal de enero, con menos frío y más ganas. Así que, durante agosto, me pongo en modo reflexivo y hago un balance profundo de lo que ha ocurrido en el último año. Me pongo en plan ejecutiva para decidir cómo voy a organizar y encarar el nuevo curso escolar.
Septiembre es el nuevo enero, tú y yo lo sabemos
Para mí es el momento perfecto porque durante este mes todo el mundo anda de vacaciones (o deseando tomarse vacaciones ya) y los asuntos urgentes desaparecen un poquito. Además, una de mis actividades principales, dar clases, también se pausa, lo que me deja tiempo para dedicarle las horas que un trabajo de este tipo necesita.
Así que, ahí estaba yo, hace una semana, pensando en mi vida y en cómo me gustaría mejorar mi rutina diaria. Hay hábitos nuevos que quiero adoptar y otros que, a pesar de mis mejores esfuerzos, nunca se convierten en una parte fija de mi vida. ¡Pero eso está a punto de cambiar!
Entonces se me ocurrió una idea superloca: retarme durante 100 días a hacer esas cosas que quiero que se conviertan en hábitos a largo plazo. ¿El objetivo? Un "reset" total del sistema o un "glow up", como dicen ahora los youtubers modernos. ¡Que si no me pongo las pilas yo, quién lo va a hacer!
¿Por qué 100 días? Y ¿por qué no? Lo primero y lo segundo es que esto de un mes o 21 días se me quedaba corto. Necesitaba un reto de verdad, un implicarme en algo el tiempo suficiente como para sentir que he superado algo realmente complicado. Ya sabéis que yo soy de ir con todo.
Así que, una vez decidido el reto de los 100 días, me tocó pasar a la acción: elegir los hábitos, definir cuántos iba a implementar y, lo más importante, cómo iba a medir mi avance. Porque, queridos, si no medimos, nos engañamos. Crees que has hecho mucho o poco, pero la verdad solo la conoces cuando la mides.
Primero, opté por un método básico pero clásico: tachar los días en un papel visible (en mi cuaderno de journaling). Pero no quería tachar, no, no... Decidí usar unas pegatinas de corazón que compré alguna vez y que son monísimas (a veces una es cursi y se adora a sí misma así). Cada día que cumpliera al menos 5 de los 6 hábitos, me ganaba una pegatina.
Todos sabemos que si una pegatina de corazón no te motiva a seguir un hábito, ¡nada lo hará!
Y ¿cuáles son esos hábitos? Pues cosas que se me resisten, pero que siempre que las he hecho de forma sostenida me sientan de maravilla:
Journaling
Durante muchos años he utilizado la técnica de Julia Cameron (lectura obligatoria su El camino del Artista queridos) de las páginas mañaneras: simplemente sueltas toda tu mierda mental en un papel antes de empezar el día. Si no habéis probado a hacerlo, es como ahorrarse algunas sesiones de terapia, os lo prometo. Bueno, el asunto es que eso está bien, pero quería subir el nivel porque me apetecía parar un momento para chequear mis emociones, cómo me siento físicamente y en qué he estado enfocada. Así que, además del ruido mental, ahora hago un mini chequeo de cómo estoy.
Y me lancé también al "trabajo profundo de journaling". Vamos, autoterapia nivel Dios. Es sentarte contigo mismo y empezar a desmontar creencias y absolutos que no son verdad y que te están haciendo la vida un poquito más difícil. Para los curiosos: suelo usar el método de The Work de Byron Katie (que, si eres mi cliente, seguro que en algún momento lo hemos usado porque es el derribador absoluto de creencias limitantes).
Meditación
La meditación llegó a mí cuando tenía 20 años, cuando conocí el yoga. El yoga llegó a mí con un pre-diagnóstico de posible fatiga crónica de mi médico, que muy sabiamente me planteó que tal vez debía encontrar algo que me ayudara a nivel mental y, como era un poco "hierbas", supongo yo, me sugirió que empezara con el yoga. Yo siempre digo que el yoga me salvó porque me ayudó a escuchar a mi cuerpo y a escucharme a mí misma.
Así que empecé a usar la meditación de forma constante como herramienta de puro mindfulness (volviendo al presente una y otra vez) y, a veces, como un elemento de autoescucha (es muy complejo saber qué quieres realmente cuando solo hay ruido alrededor).
Por lo tanto, meditar lo hago, pero no todos los días, y eso es lo que quiero cambiar. Quiero desarrollar un hábito de meditación integrada en mi vida, que ya sea como lavarme los dientes: ¡necesito hacerlo!
En este caso he ido un poco más allá también y estoy probando una técnica en varios pasos que es un mix de cosas que he ido aprendido (si tenéis más curiosidad preguntar y os cuento).
Beber 3 litros de agua al día
No sé qué pasa, pero me di cuenta de que había días que difícilmente llegaba al litro y medio de agua y ¡eso es estar deshidratado! No sé si lo sabes, pero el ser humano debería beber mínimo 2 litros y pico y, si eres grande, como yo, muchísimo más. Y es que vivimos deshidratados.
Así que decidí que entre mis hábitos iba a añadir algo sencillo, pero clave para mi salud: aumentar la cantidad de agua hasta los 3 litros.
Mover el culo a diario
Desde que me mudé de la urbe infinita, que nunca duerme a una ciudad más tranquila, aunque salgo con Tofu (mi perrito) a dar paseos largos todos los días, sentía que necesitaba un poco más de acción. Pasé de correr por toda la ciudad a solo pasear con el perro. ¡Necesitaba más rock’n’roll en mi vida!
He tenido épocas en las que el entrenamiento era parte fundamental de mi rutina, pero luego, bueno... la pereza se instalaba. Ahora tengo 100 días para mover el culo cada día. Que nadie se asuste, no me volveré vigorexia, jajaja. La idea es, al menos, 3 días de fuerza (porque el músculo es fundamental) y otros 4 días de caminatas largas (¡mínimo 10.000 pasos!).
Estudiar o leer algo de lo que aprenda cada día.
Este vuelve a ser un hábito que ya practico, pero de forma puntual: cada semana, al menos dos tardes las dedico al estudio. ¿En serio? ¿Por qué? Pues porque yo me dedico a guiar a otros y a enseñarles, básicamente, y si no te actualizas, ¡es imposible que puedas hacerlo de forma excelente! (que es como a mí me gusta trabajar).
Pero me di cuenta de que me gustaría hacer algo todos los días: leer un libro del que aprender (tomando apuntes), tomar una clase que tengo pendiente o acabar ese curso que tengo a medias (en este mismo momento uno de Innovación y Robótica, lo sé, muy loco, y otro de Habilidades Directivas de Harvard).
Así que cada día, durante 100 días, voy a dedicar un ratito a aprender, a avanzar, a ir más allá… os confieso que este hábito y el journaling son los que más me motivan.
Lavarme la cara día y noche
Y esto es algo que, por más que intento, no soy capaz de incorporar en mi vida. Lo sé, es supertonto, pero no soy capaz de convertirlo en un hábito, así que 100 días de hacerlo pensé que sería mi solución. Ya no os digo un skincare de 10 pasos, ¡no! Lavarme la cara y que no se me olvide ni una mañana ni una noche.
Y estos son mis 6 hábitos elegidos. Además de elegirlos, también establecí unos mínimos que hacen que los sienta cumplidos en el caso del deporte y el estudio: 30 minutos de entrenamiento y 15 minutos de estudio (hay días muy locos en los que no hay mucho más tiempo).
¡Mandadme todas las buenas vibras posibles, que las voy a necesitar! 😂 Ya llevo más de 10 días en este reto y, ¡madre mía!, ya podría escribir un libro con todo lo que estoy aprendiendo (pero no os preocupéis, no os voy a soltar aquí el rollo... ¡Aún!).
Lo importante es que, si alguno de vosotros también quiere unirse a esta locura de 100 días, ¡bienvenidos sois! ¡Hacemos piña y lo pasamos juntos! Y si no os atrevéis, pero queréis saber más o simplemente echaros unas risas con mis historias de aprendizaje, escribidme, ¡que estaré encantada de compartir!
En el fondo, creo que comprometerse con uno mismo, aunque sea en pequeñas cosas, durante un tiempo largo (¡y 100 días es un buen maratón!) es una de las formas más bonitas de autocuidado.
Es como decirte a ti mismo: "Oye, me importas y quiero que estés bien". Así que, sea lo que sea que queráis mejorar o cambiar, ¡lanzaos! Porque nadie va a mover el culo por vosotros, y menos a montaros una fiesta como la que vosotros mismos podéis crear. 💃
Hasta aquí, queridos míos, con esta nueva aventura. Espero que mis reflexiones y este nuevo reto os inspiren a buscar vuestros propios desafíos y a comprometeros con vosotros mismos. Recordad siempre que cada paso, cada pequeño avance, cuenta en el camino hacia una vida más plena y auténtica.
Gracias, como siempre, por ser parte de esta comunidad tan especial. 🌟
Con cariño,
Raquel - Especialista en organizar Verbenas 💃🏻 - RaquelCarrera.Es
Yo pienso como tú, el año comienza en septiembre! Es la vuelta al cole, a las rutinas, a las cosas que en verano como que desconectas.... fijate que ayer estaba pensando en algo parecido de crear hábitos (la rutina de la cara es lo que más me cuesta) me parece una buena opción los 100 días, porque como tú dices, 21 días es como y ahora? Pero si haces algo durante más de 3 meses, uy eso ya es otra cosa. Me apunto contigo al reto de los 100 días! 😁
Acabo de encontrar tu artículo, me he suscrito por supuesto! Justo me ha llegado en una época en la que necesito hacer cambios para encontrarme, me ha servido de inspiración para sentarme escribir y ver qué puedo extrapolar a mí vida.
Algún consejo con el journaling o más info para empezar a aplicarlo?
Gracias por todo lo que compartes